“Me siento una mujer soñadora, emprendedora, luchadora, me muevo mucho por las emociones y los afectos”. (Valeria Mazza)
Rosario, Paraná, Buenos Aires, Nueva York, París y Milán, resumen la increíble historia de una argentina nacida y criada en el interior del país que sin haber soñado con ser parte del universo de la moda culminó conquistando las pasarelas más importantes del mundo; también las de Japón y Estambul, adaptándose a esos países con ductilidad vertiginosa, propia de una mujer subyugada por los desafíos, característica sobresaliente que también la definen. Luego de años de trayectoria cosechó notoriedad, pero no se cegó con las luces de la fama ni se perdió entre tanta frivolidad. Valeria Mazza ha demostrado, con proyectos, emprendimientos y acciones solidarias, ser mucho más que una exitosa supermodelo.
Valeria ¿quién te descubrió… y cómo comienza verdaderamente tu carrera en el mundo de la moda?
Mi hermana Carolina, dos años mayor que yo, empezó a hacer desfiles en Paraná, la ciudad donde vivíamos, era para tiendas multimarcas, que son las que normalmente hacen los desfiles en ciudades pequeñas. En un momento me invitaron a desfilar a mí, tenía solo catorce años y luego vinieron otros desfiles más importantes. A los 16 años hice uno mucho más grande donde estaban invitadas celebridades de Buenos Aires, recuerdo que asistió Roberto Giordano, Mirtha Legrand y el Lole Reutemann. Cuando terminó el desfile, Roberto Giordano me invitó a venir a Buenos Aires a grabar un programa que tenía él, un micro en ATC en ese momento. Los domingos a la noche tomábamos el colectivo con mi mamá o papá o los tres juntos, y recuerdo que iba y volvía de Buenos Aires para ir directo al cole. Viajábamos toda la noche y en uno de esos viajes me entero que estaba viniendo un representante de una agencia de España que estaba buscando chicas nuevas, me dio la dirección y fui a encontrarme con este señor. Él estaba unido a lo que era la agencia de Pancho Dotto. Ahí me conoció Pancho, no estaba en mis planes irme al exterior, no sabía ni qué iba a estudiar, ni dónde. Por entonces terminaba el colegio, así que le dije al español muchas gracias, ya veremos y Pancho me ofreció trabajar en su agencia. Yo seguí viviendo en Paraná, empecé a ir y venir mucho, y cuando terminé el colegio, me vine a estudiar a Buenos Aires. Empecé terapia ocupacional que es lo que siempre me gustó, es mi verdadera vocación, y empecé a trabajar un poco en la moda, quería ver también si realmente me podía mantener yo sola con estos trabajos, era el año 1990.
Imagino que el comienzo fue arduo, con tropiezos, pero también aparecieron los primeros logros…
La verdad que hubo un montón de tropiezos; llegar a Buenos Aires, una ciudad enorme, el no conocer a nadie, empezar a armar la movida acá, sola, en un departamento, sentí el desarraigo, estaba lejos de mi familia y de mi gente. Fueron un montón de cosas, y al año me fui a Europa, entonces fue empezar de cero, una cultura distinta, mucha soledad, estar lejos de todos. Después, cuando empezás a trabajar, tropiezos tenés todo el tiempo, porque o no te contratan o las cosas no te salen como vos querés. A lo largo de mi carrera hubo varios contratiempos, pero sin embargo pongo los logros en la balanza del equilibrio y puedo decir que siempre pesaron mucho más. Los primeros fueron en Buenos Aires con la campaña de Caro Cuore que era como algo muy groso, hice una publicidad de Impulse, que en ese momento era una marca muy fuerte. Carefree también, eran las primeras campañas súper importantes que me sirvieron como puntapié porque fui haciendo escuela. En el exterior mi primer logro fue la campaña de Guess en Estados Unidos, era el año 94, ahí todo empezó a tomar otra dimensión…
Imagino la cantidad de anécdotas que tendrás para contarnos…
Siempre me acuerdo de una que es muy especial, me pasó cuando hacíamos un desfile de Versase, el día anterior se hacia la prueba, yo me voy a poner un vestido y era todo transparente, me miro en el espejo y estaba viendo cómo me tapaba antes de salir a hacer la pasada, y afuera estaba Gianni Versace con su hermana Donatella y sus asistentes haciendo los retoques para lo que iba a ser el desfile el día siguiente. Entonces yo estaba ahí adelante con los brazos cruzados tapándome y resulta que uno de los asistentes me dice “no salgas así porque te van a cancelar del desfile”, y yo salí cubriéndome con los brazos en cruz los pechos y cuando vuelvo me estaba cambiando y viene Gianni y me dice: “Valeria no te preocupes que ese vestido no está terminado, mañana va a estar todo forrado”, asique con todo el miedo y el vértigo de que me cancelaran pesó mi personalidad, eso demostró mi forma de ser. Otra anécdota muy divertida es cuando por primera vez fuimos a Montecarlo, teníamos un almuerzo con el Príncipe y mientras estábamos en el cocktail, con Alejandro, que había venido por unos días a visitarme, llega un señor y me dice: “bueno señorita Mazza usted se va a sentar a la derecha del príncipe”, y yo le digo “bueno ¿y mi novio? ”; imagínate, me mira como diciendo que le pasa a esta tonta, a quien le interesa el novio, y le respondí que no me importaba donde me sentaba, si era en otra mesa no me molestaba, pero yo me quería sentar con mi novio, asique el señor se fue y terminamos sentados, los tres juntos: el príncipe Alberto, yo y Alejandro, de allí en más nació una hermosa amistad que dura hasta el día de hoy.
Hablame de tu faceta deportiva, fuiste una gran nadadora…
Sí, nadé durante muchos años, competía, entrenaba, y la verdad que la natación me enseñó mucho, me preparó para lo que yo iba a vivir más adelante, lo que es aprender a competir, ponerse un objetivo, la resiliencia ante el fracaso. Creo que aprendí mucho de todo eso, me dio muchos valores y me favoreció a nivel físico sobretodo. Muchas veces me decían mis padres que la natación me iba a cambiar físicamente, y realmente creo que me sirvió muchísimo, aprendí a cuidar mi físico, me formó el cuerpo, la espalda y los brazos. Para mí la natación simboliza la vida…
¿Cómo es un día tuyo en la cotidianidad?
No tengo una rutina, por lo general me levanto temprano para desayunar con Taína antes que se vaya al cole, y después arranco haciendo gym, tomando unos mates con mi marido, hay días que estoy sola y hago de ama de casa, hay días que me voy temprano y hago fotos todo el tiempo o tengo actividades, además de mi trabajo que es hacer de Valeria Mazza, o de empresaria, porque tengo también mi marca de anteojos y perfumes y además voy a la Universidad de Palermo donde tengo una cátedra de comunicación de moda. Hago todo lo relativo a lo social, me ocupo mucho y cada vez más de estos temas, además de la gala que hacemos a beneficio del piso pediátrico del Hospital Universitario Austral, tengo otros tantos proyectos en los que colaboro y me involucro, también soy madre y tengo días muy variados, de mucha actividad.
Hablame de tu hermosa familia… y muy numerosa por cierto…
Nosotros somos una familia numerosa, es verdad, eso nos mantiene entretenidos y ocupados, Balthazar el mayor está viviendo en Madrid desde marzo de este año, se recibió de ingeniero industrial en diciembre pasado y ya está trabajando allá. Tiziano sigue a full en el deporte, está en el equipo de ski argentino, ocho meses al año está viajando entre el hemisferio norte y la Patagonia. Hace esas dos temporadas muy marcadas, en unos días se va, vuelve para las fiestas y se vuelve a ir hasta fin de abril, además estudia negocios digitales en San Andrés. Benicio está estudiando lo mismo allí y también está esquiando. Taína es la única que me queda en el cole, ella todos los días tiene canto, comedia musical y baile, le encanta. La verdad que mis hijos me llenan de orgullo, son buena gente, están llenos de amigos, son muy aplicados, se ponen todo el tiempo desafíos. Nada más lindo que la mesa familiar cuando podemos compartirla todos juntos, cada uno contando sus anécdotas y situaciones, es muy divertida...
¿Quiénes fueron tus maestros tanto en lo personal como en el plano profesional?
Creo que mis grandes maestros fueron mis padres, mi hermana, Alejandro, mis hijos, ellos son mis grandes maestros realmente, porque nadie nos enseña a ser padres, hemos ido aprendiendo con ellos, tengo grandes amigas que me fueron enseñando también y que me han bancado mucho, y esas relaciones a pesar del tiempo y la distancia se mantienen y cuando estamos juntas parece que el tiempo no hubiese transcurrido. En la profesión, tuve un montón de maestros, los fotógrafos, los diseñadores. Uno también va aprendiendo cómo manejarse, el trabajo no siempre es igual, hay que saber adaptarse, los diseñadores tienen distintas formas, no es lo mismo llegar y hacer un desfile de Versace que uno de Armani. El desfile de Gianni Versace era toda una fiesta mientras que en el de Armani no volaba una mosca, vos no podías ni respirar prácticamente. Es saber adaptarse a cada situación, al momento y a la gente.
¿Quién te ha inspirado a nivel humano?
A nivel humanitario, una mujer que admiré desde siempre es la madre Teresa de Calcuta, me inspiró mucho, fue y es una gran maestra respecto a cómo ver la necesidad del otro, el acompañar... La solidaridad es un valor, se aprende en casa, lo heredé de mi madre, uno puede ayudar mucho, no hay que ignorar a la otra persona.
Dentro del marco de una vida tan bien vivida, ¿qué te alegra y qué te enoja….?
Me enoja mucho la falta de respeto, que la gente vaya por la vida sin tener conciencia del prójimo y cómo repercuten nuestros actos en el otro… eso me pone muy mal. ¿Y qué me da alegría?, sin duda compartir con mis hijos, mis amigos, mis afectos…
“Sueño Dorado” es tu nueva producción, hablame de este nuevo documental personal que realizaste.
Hoy en día estoy viviendo con mucha alegría la presentación de la docuserie “Mi sueño dorado” que me trajo muchas satisfacciones, porque cuando le ponés tanto empeño e ilusión a un proyecto, donde uno abre la puerta, sabés que te vas a exponer. Tenía mucha ansiedad y esperaba la devolución de la gente y ver que logró emocionarse, fue maravilloso. Pude transmitir valores, cómo se construye una carrera, especialmente para las generaciones jóvenes que habían escuchado mi nombre pero nunca me habían visto en una pasarela internacional. Allí quise mostrarles todo eso, ver cómo se fue construyendo mi carrera, la presentación de mi nuevo perfume, me da mucha alegría también. En cada cosa que hago comparto algo muy mío, ver la respuesta de la gente me emociona. También vivimos la gala número 16 que hicimos con Alejandro a beneficio del piso pediátrico, poder compartir ese momento en familia fue divino. El 14 de noviembre la legislatura me nombró ciudadana ilustre de la cultura, fue un evento que vivimos con alegría, el 2 de diciembre fueron los Martín Fierro de la moda que conduje y me da mucha satisfacción que la industria tenga su distinción. No voy a ser protagonista de una película porque no me interesa ser actriz, pero la vida es una película y creo que soy protagonista absoluta de mi vida junto con mi marido en este “Sueño Dorado” que es en síntesis haber formado una familia hermosa.
Luego de tantos años de trayectoria, te quedan sueños pendientes…
Sueños pendientes en este momento no tengo, pero soy una gran soñadora y siempre me voy poniendo objetivos, además odio tener pendientes, entonces busco siempre hacer, emprender, me gusta organizarme para hacer y hacer y conseguir por todos los medios los objetivos. A nivel laboral por ejemplo en el futuro, me gustaría estar en la tele, asique ahora voy por ese camino…
Si hay algo que te caracteriza es tu faz humanitaria; Integraste la Fundación Kennedy, que ayuda a niños con discapacidades psíquicas y físicas…
Siempre sentí una necesidad de acción social, desde los trece años trabajé en las olimpíadas especiales, siempre supe que eso era lo mío, no sé, una noticia mala de la que me enteraba, y yo sentía que podía cambiar el mundo. Tiempo después comprendí que no tenés que ponerte un objetivo grande, por ejemplo, cambiar el país, sino tratar de ser mejor vos, ayudar a los que están alrededor tuyo, y ahí empezar”.
¿Cómo ven a nuestro país en el exterior…?
Se lo ve como un gran país siempre, la gente no entiende cómo teniendo esta maravilla de país podemos estar tan mal administrados, porque realmente tenemos un país increíble. Los argentinos somos muy amigueros, cariñosos, muy buenos anfitriones, siempre recibimos con los brazos abiertos. Yo por mi trabajo viví más de quince años en el exterior, y creo que por más que estés feliz en otro lugar, no dejás de ser extranjero, por eso después de que nació nuestro tercer hijo quisimos volver a Argentina, que ellos también tengan raíces acá, creo que juntos tenemos que luchar para hacer que Argentina sea un lugar donde podamos estar mejor, donde podamos vivir en paz, donde haya más armonía. Y para los jóvenes que se quieren y pueden irse, me parece bárbaro que tengan la experiencia de viajar, conocer culturas diferentes en lugares soñados, que desarrollen experiencias laborales afuera, pero creo que al final del día, si podés armar tu historia a futuro en tu país, es lo mejor que te puede pasar.
Tus lugares favoritos en el mundo…
Amo New York, allí pasé mucho tiempo y construí mi personalidad e historia, amo Italia me parece un país maravilloso, que tiene rincones increíbles. Me gusta mucho España, ha crecido muchísimo en estos últimos veinte años, Madrid me apasiona, hemos recorrido en familia muchos lugares magníficos, la montaña también me encanta, lo lindo es poder salir y recorrer el mundo.
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