Thmubnail
Thmubnail
Thmubnail
Thmubnail
Thmubnail
Thmubnail
Thmubnail
Thmubnail
Thmubnail
Thmubnail

La innovación siempre es bienvenida, sobre todo en la industria automotriz. Los coches
son cada vez más rápidos, confortables y seguros para satisfacción de los conductores
y los pasajeros. Por eso los automovilistas aspiran, en general, a comprar un 0 km.
El progreso, sin embargo, no hace olvidar a los mejores vehículos de antaño. Por el
contrario, con el paso del tiempo, crece el interés y la admiración por aquellos autos
que supieron dar grandes satisfacciones con escasos recursos tecnológicos.
Existen distintas clasificaciones de los automóviles antiguos. Se considera que un
modelo es un clásico cuando tiene más de 25 años y presenta ciertas características
que lo vuelven especial, como el rendimiento de su motor, la elegancia de su
carrocería o incluso su producción acotada. También pueden incidir en la
consideración factores ajenos, como el contexto histórico y social en el cual se inició su
fabricación o se popularizó su comercialización.
Desde Ford hasta Bugatti, pasando por Chevrolet, Cadillac, Fiat, Bentley, Renault y
Jaguar, todas las marcas tienen sus creaciones emblemáticas que despiertan la
admiración de los fierreros. Ser propietario de uno de estos tesoros, no hay dudas, es
motivo de orgullo.

El valor de la historia
Afirman los especialistas que no todos los coches antiguos son clásicos: algunos,
simplemente, son añejos. Los requisitos que se tienen en cuenta para la clasificación
varían según la región y la entidad que los considere. Sin embargo, más allá de
cuestiones técnicas o normativas, está claro que los automóviles con historia tienen un
encanto especial cuando han sido cuidados con esmero o restaurados para que luzcan
esplendorosos.
El Ford T es uno de los vehículos que causa fascinación cada vez que atraviesa el túnel
del tiempo y vuelve a presentarse en sociedad. Nació en 1908 y cinco años después
comenzó a producirse bajo el sistema de fabricación en línea, transformándose en un
símbolo de la cadena de montaje y en un hito del sector automotriz.
El modelo empezó a fabricarse de manera experimental en nuestro país en 1917, en
una planta que la compañía estadounidense instaló en el barrio porteño de La Boca.
Abordo de uno de estos coches, cuatro argentinos partieron en 1927 desde Buenos
Aires con destino a Nueva York: luego de múltiples peripecias, dos de ellos lograron
completar la travesía y arribar a la Gran Manzana tres años después. Hoy ese
legendario Ford T se exhibe en un museo de Ford situado en Detroit.

El Volkswagen Tipo 1 es otro automóvil representativo. Más conocido como Beetle o
Escarabajo, su producción se puso en marcha en 1938 y se extendió nada menos que
hasta 2003. Con motor trasero y disponible como Sedán o en versión descapotable, el
Escarabajo fue adoptado por el movimiento hippie y alcanzó el estrellato a través de
Herbie, el personaje central de “Cupido motorizado”. El Volvo Amazon, el Ford
Mustang Mach 1, el Plymouth Barracuda, el Chevrolet Corvette Stingray, el Mini… La
enumeración de creaciones que marcaron la historia sobre ruedas puede extenderse
casi indefinitivamente. La cultura popular se ha enriquecido con numerosos diseños
automovilísticos y lo seguirá haciendo con nuevos aportes.
De pelicula
Es innegable la influencia del cine en la creación de objetos de culto. El séptimo arte
modela intereses, impone tendencias y puede hacer que un producto se vuelva mítico
con su exhibición en la pantalla grande.
El Aston Martin DB5 salió a la venta en 1963 como una opción de lujo. Su importancia
se multiplicó cuando se transformó en uno de los autos preferidos de James Bond, el
espía 007. El DB5 se lució en filmes como “Goldfinger”, “GoldenEye” y “Casino Royale”,
entre otros de la saga.
El DMC DeLorean se fabricó durante menos de dos años: ni siquiera llegaron a
producirse 10.000 unidades cuando, en 1982, DeLorean Motor Company se declaró en
bancarrota. En ese momento era imposible prever que, tres temporadas más tarde, el
DMC se convertiría en una máquina del tiempo ideada por el Dr. Emmett Brown en
“Volver al futuro”. Gracias a este hecho, este coche realmente consiguió atravesar
todas las barreras temporales.
En el caso del Plymouth Fury, su fama está vinculada al talento de un escritor y un
cineasta. Stephen King, maestro del terror, le dio vida a un Fury de 1958 en su novela
“Christine”, donde narra el trágico raid de un auto que está poseído por fuerzas
malignas. El libro fue editado en 1983 y ese mismo año se estrenó su adaptación
cinematográfica con la dirección de John Carpenter.
Pasion de multitudes
Los autos antiguos son motivo de encuentro. Los propietarios se juntan para
exhibirlos, compartir anédcotas e intercambiar consejos en citas a las que, a modo de
público, acuden cientos o miles de personas que desean maravillarse con las
máquinas.
En nuestro país, uno de los eventos más destacados es AutoClásica. Su edición de 2023
se llevó a cabo en el Hipódromo de San Isidro y contó con más de 1.100 vehículos en
exposición de fabricantes como Aston Martin, Lamborghini y Porsche.
El Museo del Automóvil, asimismo, es un excelente lugar para aprender sobre la
evolución histórica de los coches y admirar a varios clásicos. Ubicado en el barrio
porteño de Villa Real, abrió sus puertas en 2000 y guarda un sector especial para las
proezas conseguidas por grandes pilotos argentinos en el automovilismo deportivo.
Además cuenta con escenarios donde los vehículos se ubican en estaciones de servicio
o talleres con ambientaciones que remiten a las épocas correspondientes a los
modelos.