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Como bien dice su nombre, La Escondida es una casa y el trato hogareño es el que desea que experimenten sus huéspedes. Alejada de las formalidades de los hoteles tradicionales, pero no de la calidad de la atención, busca reunir lo mejor de los dos mundos: por un lado, todos los servicios necesarios para que la estadía sea óptima y por el otro, la relajación y lo desestructurado de sentirse en una vivienda.

Con más de una hectárea de parque, promueve que los visitantes tengan una conexión con la naturaleza. Gracias a la costa del lago ubicada a escasos metros y a las diferentes especies de árboles que rodean el edificio, es el sitio ideal para no solo descansar, sino también para sentirse parte del entorno natural en el que La Escondida está emplazada.

Un poco de historia

La casa fue erigida en 2003 ya destinada a albergar huéspedes, pero no fue la primera construcción en el predio. Antes existía una cabaña de madera de principios de 1900; la misma hoy se conoce como Delfina, el restaurante de La Escondida.

Esta cabaña tiene mucha historia y por esa razón fue declarada por las autoridades de Villa La Angostura como Monumento Histórico Municipal. La misma perteneció a quien fuera la primera partera de la localidad, Ema Dräckler, y a su marido Elberto Weeks.

Hoy la casa de Ema mantiene mayormente su estructura original y es, además del restaurante Delfina, un recuerdo y un homenaje a los pioneros que se asentaron en la zona para darle lugar a lo que actualmente se conoce como Villa La Angostura.

Siguiendo con el recorrido por el pasado del predio en el que se sitúa La Escondida, también podemos encontrar un poco de historia natural, ya que a los pies del restaurante Delfina y muy cerca de la costa del lago se halla una Sequoiadendron o falsa secuoya, plantada por uno de los pioneros de Villa La Angostura.

Al estar dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi, la naturaleza tiene un protagonismo muy importante en La Escondida. Además de la gigante Sequoiadendron, también se puede apreciar una amplia variedad de flora y la fauna autóctona que se presenta todo el tiempo. Bandurrias australes, cauquenes reales, caranchos, chimangos y teros son algunas de las especies que pueden verse al mirar por la ventana de la habitación.

Relajación y disfrute

Después de realizar trekking en la montaña o algún paseo lacustre saliendo del muelle del establecimiento, o de remar por la bahía con los kayaks, los huéspedes pueden volver a relajarse en la piscina exterior climatizada o acercarse a la orilla para escuchar el sonido del lago. Y luego tomar un aperitivo en el fogón en cercanías de la costa y subir al restaurante Delfina para disfrutar de una excelente cocina de autor y así terminar el día de la mejor manera.

En época invernal, tras una jornada de esquí, recargar energía en el spa es la mejor opción. Otra posibilidad es nadar en la piscina exterior rodeado de nieve, una experiencia muy recomendable.

Sea en la época que sea, alojarse en La Escondida Casa de Huéspedes & Spa no solo es una forma de vincularse con la historia del lugar; también es una experiencia que permite sentirse como en casa en un entorno de ensueño, rodeado de una naturaleza que inspira a apreciarla, contemplarla y cuidarla.

Calidez y distinción

Las habitaciones de La Escondida son las de una casa patagónica: cálidas, espaciosas y coloridas, todas con vista al lago Nahuel Huapi a través de un amplio ventanal que permite conectarse con la inmensidad del paisaje. Cada una tiene un toque distinto que la hace única e individual, con una decoración de espíritu sobrio y elegante. Los baños modernos, luminosos y cómodos se complementan con múltiples comodidades y equipamientos para satisfacer las necesidades de hoy.

Lago Superior y Lago Deluxe son las distintas categorías de las habitaciones, con superficies que van de los 30 a los 60 metros cuadrados. En La Escondida Casa de Huéspedes & Spa, el descanso reparador está asegurado.

Preparando el viaje

Puerto Manzano es una de las zonas más pintorescas de Villa La Angostura, ciudad localizada en el sur de la provincia del Neuquén que integra el Parque Nacional Nahuel Huapi. En estas tierras bendecidas por la naturaleza se encuentra La Escondida Casa de Huéspedes & Spa, un establecimiento que dispone de más de una hectárea de jardines y casi 100 metros de playa.

Los huéspedes tienen a su disposición los servicios de un spa con piscina climatizada, sauna seco y húmedo, jacuzzi y gimnasio. En el restaurante Delfina, que funciona en una cabaña histórica, se pueden saborear delicias preparadas con ingredientes locales.

 

http://www.laescondida.house