“Llegué de una manera bastante orgánica y natural a la arquitectura que llamamos lógica o sustentable. Dos años después de terminar la facultad, viajé a Australia a realizar una residencia con Glenn Murcutt, un Arquitecto muy conocido y ganador del Premio Pritzker. Ese viaje fue una experiencia transformadora y allí entendí la importancia de tener respeto por la tierra a donde implantamos un edificio”. (Angie Dub)
Angie, en virtud de esa frase introductoria tuya, me parece muy interesante la definición del arquitecto Glenn Murcutt que me comentaste al inicio de nuestra charla y donde él habla del respeto a la tierra. “Si, el siempre repetía constantemente una frase: “the land was there before us” (la tierra estaba ahí antes que nosotros). Este mensaje me marcó y empecé a sentir la necesidad de formarme más técnicamente para poder llevar ese concepto al plano de la arquitectura y desde un lugar responsable.
-Angie, cuando te preguntan sobre el hecho de ser mujer y arquitecta, también diseñadora… ¿qué conceptos te vienen a la mente?
Vienen a la mente muchos conceptos. La verdad es que ser mujer y emprendedora es un camino aún difícil, a pesar de los avances. Todavía hay trabas y espacios que no son tan comúnmente ocupados por mujeres y eso lleva a la frustración. De todas maneras, estoy decidida a seguir por este camino a pesar de las inconvenientes, abogando que el tiempo lleve a su resolución.
-¿Cómo influye tu formación como arquitecta a la hora de afrontar un diseño?
Mi formación como arquitecta influye muchísimo. Es una mirada que combina de una manera difícil de explicar una visión más artística con datos muy técnicos que hacen a la realización de un diseño.
-Como creadora, ¿qué importancia le das al pasado y al futuro?
Le doy mucha importancia. Siempre investigo sobre las tradiciones de una zona en la que voy a encarar un proyecto, o sobre la arquitectura tradicional de allí. De la misma manera, intento pensar en maneras de vivir que sean atemporales y que se puedan sostener en el tiempo. Además, como vivimos frente a un escenario climático de temperaturas en constante crecimiento, la arquitectura de hoy tiene que estar diseñada para poder soportar eso en el mañana. No hay manera de disociar presente de futuro.
-¿Cómo ha cambiado la forma de entender actos tan cotidianos como iluminar una habitación, sentarse o habitar un espacio?
Creo que en este sentido, la pandemia nos hizo muy bien. Todos pudimos ser un poco más conscientes de la importancia de vivir en un espacio con buena iluminación natural, buena ventilación y con espacios exteriores siempre que fuera posible. Noto una evolución en ese sentido, cosa que es muy buena, ya que estos elementos hacen al confort y al bienestar.
-A la hora de diseñar, y dada la situación actual, ¿creés que esto cambiará por completo la forma en que habitamos e interactuamos con el espacio a largo plazo?
Siempre estamos cambiando la forma de habitar, las vamos modificando, pero en esencia pienso que se mantienen similares. Esto me gusta mucho en lo particular, porque siento que vamos “profesionalizando” la manera en la que habitamos, como buenos animales de costumbre, nos vamos adaptando a los cambios que nos trae el mundo en el que vivimos.
-Detrás de cada diseño sustentable hay una narración. ¿Qué cuentan los lugares que creás?
Los lugares que creo intentan contar historias de simpleza, de precisión y de visibilizar los beneficios de vivir en ambientes de bajo impacto ambiental.
-En un planeta herido por el cambio climático, ¿debe ser el diseño ecofriendly?
El diseño siempre fue ecofriendly, hasta el último siglo donde se empezaron a popularizar algunos elementos (como los aires acondicionados) que sacaron el foco de la calidad de la construcción y de hacer arquitectura específica para el tipo de clima en el que está implantado un edificio. Esto generó un gasto energético inmenso. Estamos lentamente volviendo lentamente a una manera de construir que tenga más que ver con lo anterior. A mí me gusta mucho trabajar con madera y chapa.
-¿Seguís algunas tendencias? ¿Te inspirás en ellas a la hora de crear?
No sigo mucho las tendencias porque me condicionan al momento de diseñar. Por supuesto que sigo a muchos arquitectos, diseñadores y artistas de cuyas prácticas aprendo mucho y aplicamos en los proyectos de mi estudio.
-Da la impresión de que impregnás tu trabajo de mucho perfeccionismo ¿Es así?
¡Cada vez más son las personas que me hacen este comentario! La verdad es que es la manera natural en la que hacemos las cosas, con mucho ojo en los detalles. A veces sale mejor que otras.
-¿Con qué tipo de encargos te sentís más afín? ¿Te gusta la novedad?
Me encanta la novedad. Siempre estoy en busca de proyectos más desafiantes, eso es un poco lo que me caracteriza. Me siento más afín con encargos que tengan una estrecha relación con la naturaleza.
-¿Cómo desarrollaste tu estilo personal?
Mi estilo personal creo que es el fruto de muchísimo esfuerzo y estudio, para encontrar una forma de diseñar con la que me siento identificada. Me llevó muchos años y un gran proceso de “deconstrucción” del “deber ser” de un arquitecto contemporáneo en Argentina y Latinoamérica. Así también, desde muy chica que estoy rodeada de diseño, mi mamá especialmente siempre fue una persona que me hizo entrenar el ojo desde pequeña y eso en combinación con el estudio me trajo a donde estoy hoy.
-¿Qué significa un buen diseño para vos? En este momento de tu carrera, ¿a qué le das importancia?
Un buen diseño para mí es un diseño que es sostenible en todos los sentidos. Esto incluye la parte económica también. El ahorro de recursos tiene buenos efectos en ambos sentidos: se usa menos material en un edificio haciendo así que el impacto del mismo sea menor por ejemplo, y eso naturalmente tiene un impacto positivo en lo económico. Actualmente me estoy enfocando en intentar perfeccionar ese balance sin perder de vista el buen diseño y una arquitectura pro positiva.
-¿Te incomodan los límites del mercado, las tendencias?
No me incomoda. Me parece que son algunos elementos o restricciones más con las que hay que aprender a diseñar. En mi opinión, las restricciones siempre ayudan al diseño, lo hacen más preciso.
-¿Te atreverías a definir tu trabajo en pocas palabras?
Mi trabajo lo defino como sustentabilidad creativa. Nosotros hacemos arquitectura con este foco, mezclando sustentabilidad y creatividad.
-¿Cómo te definirías en tu esencia en relación a la sustentabilidad?
Como siempre digo, el foco de mi trabajo reside en, algún día, no tener que explicar más que mi estudio está especializado en la sustentabilidad, sino que se entienda como un elemento más de la arquitectura, de la misma manera que asumimos con obviedad que un edificio cualquiera tiene un diseño estructural para no caerse, debería tener un diseño sustentable para que gaste la menor energía posible.