La diseñadora y empresaria española que viste a celebridades como Miley Cyrus y Lindsay Lohan, ganó prestigio y admiración en el mundo de las pasarelas a fuerza de calidad, originalidad e innovación en su trabajo creativo. Con la marca que lleva su nombre, esta marquesa y baronesa despliega color y arte por el mundo, enamorando con su estilo alegre a niños, jóvenes y adultos muy audaces que reflejan su energía y optimismo a través de su ropa, sus fragancias y la decoración de su hogar.
La española que quería ser pintora pero desde hace décadas revoluciona las pasarelas con colecciones coloridas y mágicas que animan a encarar la vida con mucha fantasía y actitud, nació el 22 de julio de 1960 en Madrid, en el seno de una familia aristocrática. Sus padres, la catalana María Isabel de Sentmenat y Urruela y el arquitecto Juan Manuel Ruiz de la Prada y Sanchiz, le dieron a Ágatha, cuatro hermanos. Hoy Agatha, ostenta los títulos de marquesa de Castelldosríus y baronesa de Santa Pau por herencia materna.
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Veinte años tenía Ágatha cuando el modisto Pepe Rubio la sumó como ayudante, una temporada después, esta mujer que en marzo de 2019 recibió el Premio Nacional de Moda enfundada en un vestido inspirado en la bandera de su país, lanzó su primera colección. Desde entonces, no deja de brillar en pasarelas de Milán, Florencia, Berlín y París; con ella, la moda española tiene una representante de lujo ante el mundo, cosechando elogios en Argentina, Uruguay, Chile, México, Panamá, Nigeria, Japón y Suecia, por ejemplo.
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Varios premios por su extraordinario desempeño creativo, presencia en las pasarelas más importantes del mundo y un estilo llamativo que transmite desenfado, pasión, frescura, confianza y diversión, desde múltiples objetos, respaldan la figura de Ágatha; la brillante diseñadora, además de exhibir sus productos desde el sitio web que lleva su nombre, tiene una fuerte presencia en las redes sociales.
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Las flores y los corazones están muy presentes en las creaciones de Ágatha Ruiz de la Prada, quien juega también con figuras geométricas, animales, líneas y símbolos para embellecer sus diseños, aros con forma de tréboles, tulipanes, ballenas y vacas; zapatos con estampados de estrellas, caras, gotas de lluvia y labios; camisas multicolores para hombres; cortinas, manteles y almohadones decorados con sandías y remeras femeninas con apliques de plumas son parte del universo que propone esta diseñadora europea.
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El negro es su tono clásico por excelencia, pero Ruiz de la Prada prefiere quitarle prestigio porque además de relacionarlo con la muerte, considera que lucir elegante no es sinónimo de vestirse exclusivamente con esa tonalidad oscura; esa opción al vestir, en su caso, se reserva a los funerales aunque ha hecho la excepción de mostrarse con un saco vintage de Saint Laurent. Para ella la luz, la energía y el optimismo llegan con colores vibrantes que transmiten alegría y entusiasmo.
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En 2011, al cumplir treinta años dedicada a la moda, Ágatha abrió una fundación con su nombre para preservar, catalogar y difundir su valioso legado cultural; miles de vestidos, cientos de carteles y un número similar de dibujos enriquecen el patrimonio que ella busca conservar y dar a conocer, por ello, desde esta entidad, ha participado con varias exposiciones digitales en “We Wear Culture”, un proyecto de la plataforma Google Arts & Culture que invita a realzar las figuras de múltiples creadores de tendencias.
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Como parte de las actividades del Madrid Design Festival, en febrero de 2019 se inauguró en Madrid “El poder de la imagen. Ágatha Ruiz de la Prada”, una muestra conformada por más de cincuenta objetos, la exposición apuntó a repasar la trayectoria de quien fuera en Barcelona alumna de la Escuela de Artes y Técnicas de la Moda. La iniciativa estuvo impulsada por la fundación que lleva el nombre de la diseñadora y el “Museo del Traje” dependiente del ministerio español de Cultura y Deporte.
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En marzo de 2018 se estrenó en el Auditorio Nacional de Uruguay el ballet “La bella durmiente”, una puesta en escena para la cual Ruiz de la Prada propuso un vestuario imponente. Pelotas de múltiples texturas, tamaños y tonalidades le dieron vitalidad y alegría a los atuendos de los bailarines; el fucsia y el azul consiguieron protagonismo y se complementaron con maquillajes llamativos y magníficos tocados, generando un contraste encantador con la escenografía en gris, blanco y negro, con pinceladas de plata y oro.
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El entusiasmo creativo de Ágatha se traduce en pinceladas de esperanza cada vez que ella se involucra con causas solidarias, contribuir con el plan “Almohada Corazón” llevado adelante por la “Fundación Oncolliga” para proporcionarle bienestar a quienes padecen cáncer de mama, “agathizar” abrigos de la empresa Deliveroo para una subasta a beneficio de la “Asociación Nuevo Futuro” y diseñar un boleto del Sorteo de Oro para la Cruz Roja, son parte de las nobles acciones que ha realizado en los últimos años.
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Los productos de Ágatha se consiguen en más de un centenar de naciones y la responsable de la marca viaja constantemente por el mundo para hablar de moda y presentar novedades. A comienzos de 2019, la española llegó a la República Argentina para participar en un desfile al aire libre que tuvo lugar en un exclusivo balneario del Partido de La Costa. Invitada por un programa televisivo de España, también ha recorrido la India, donde entró en contacto con animales sagrados y quedó encantada con la cultura de ese exótico país.
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Sus compromisos laborales y los lazos de amistad cosechados con el correr de los años hicieron que Ágatha se sienta a gusto en nuestro país, disfrutando de los paisajes y el cine nacional, durante sus visitas a esta tierra, la española que tiene a Benito Fernández como uno de sus confidentes, resaltó la sofisticación de las mujeres argentinas, a las cuales describió como avanzadas y corajudas. Desde su punto de vista, es un gran triunfo lograr “agathizarlas” a partir de una combinación explosiva de diseño y color.
Marcando un estilo innovador
Ágatha es única, auténtica, una emprendedora que sabe venderse por sí misma e hizo que su marca tenga un sello inconfundible de dinamismo, pasión, optimismo y audacia. Ya consolidada en el mundo de las pasarelas y señalada como ejemplo vivo de personal branding, esta inquieta creativa no olvida a quienes la ayudaron en sus inicios y le brindaron espacios, conocimientos y herramientas, para ir haciendo realidad sus sueños. Su abuela, por ejemplo, le dio un gran impulso al primer desfile que Ruiz de la Prada organizó en Barcelona ya que le hizo llegar una invitación, nada más y nada menos, que a Carlos Godó Valls, Conde de Godó y presidente del periódico “La Vanguardia”, el Conde se vio fascinado con ese deslumbrante desfile, y la resaltó en sus páginas, pronto todos hablaban de ella como una joven amante de la originalidad y de colores estridentes.
La jovial Agatha, según lo ha expresado, concibe a su profesión como una medicina, también ha manifestado su gratitud a Isidoro Álvarez, quien estando al frente del grupo “El Corte Inglés” fue el primero en confiar en ella y de brindarle un espacio muy destacado para comercializar sus propuestas. En palabras de Ágatha, su trabajo es conceptual y persigue siempre la practicidad y la comodidad, también de esa filosofía y de su experiencia artística, nació su primer libro, una publicación denominada “La moda cómoda”; en 1998, en tanto, lanzó la edición de “El paraíso de las flores”, demostrando que para ella, la vida es color. Ambas producciones fueron de un éxito arrollador.
Ágatha, una mujer apasionada que sobrellevó una gran tristeza
Durante tres décadas, el compañero de vida de Ágatha fue el periodista español Pedro J. Ramírez. La dama de los corazones vibrantes y los diseños alegres, sin embargo, no tuvo el final feliz típico de los cuentos de hadas ya que esta reina no pudo permanecer hasta la eternidad junto a su rey. El desamor, la traición, la desilusión y el rencor golpearon a su puerta, y cuando el divorcio llegó tiñendo de gris su colorido universo, resultó fundamental el acompañamiento de sus amigas. Si bien la pareja se disolvió, el lazo familiar entre ambos es eterno por los hijos que tienen en común, Cósima y Tristán, son hoy según sus propias palabras, ese motivo para vivir que le otorga la adrenalina necesaria para crear día tras día, y aunque prefiere mantenerse alejada de su ex marido, celebra que sus herederos compartan momentos amenos junto a él.
Colores por doquier en su imperio madrileño
Tener una tienda propia en suelo madrileño fue el logro que en 1982, marcó el inicio de un imperio que conquista el mundo a fuerza de diseños coloridos y enérgicos, capaces de cautivar a públicos de distintas edades, y darle vida a diferentes ambientes y situaciones. Desde el guardarropa infantil y los útiles estudiantiles, hasta los complementos, calzados e indumentaria de hombres y mujeres, se vuelven desbordantes de energía tras las creaciones de esta española que al nacer, fue bautizada como Águeda Isabel Ruiz de la Prada.
Perfumes y velas aromáticas estimulan el olfato, mientras que la textura de toallas, manteles, cortinas y fundas, cautiva las manos de quienes se enamoran a primera vista de los productos que comercializa esta artista de amplia trayectoria, que apuesta por una moda que resulte cómoda y edificadora, tanto al momento de fabricar cada pieza, como a la hora de elegirla y lucirla.
“Agathizar” con proyección internacional
Esta talentosa diseñadora sabe muy bien que para conservar su vigencia y hacer crecer a su emprendimiento, tiene que reinventarse, sumar colaboraciones y lograr que sus propuestas cautiven en todo momento y lugar.
Trabajar junto a la revista ¡Hola!, por ejemplo, la inspiró a la hora de desarrollar bolsos ecológicos coleccionables que se ofrecen junto a cada edición de manera limitada, así como también agathizó pantalones, camisetas y vestidos para celebrar el aniversario número setenta y cinco de esa publicación.
Una imaginación ilimitada
Al repasar su carrera, otras alianzas confirman la originalidad y la imaginación sin límites de esta artista que transforma cada pieza que llega a sus manos; además de haber sido la responsable del vestuario de una de las campañas publicitarias de la marca Absolut, sorprendió con numerosos accesorios a quienes viajaron por Air Europa en clase Bussiness, inventó un broche único para Audi, plasmó su genialidad en un mural elaborado en la Universidad San Ignacio de Loyola situada en Perú y hasta se animó a vestir tanto a la mítica Barbie al cumplirse cincuenta años del nacimiento de la muñeca favorita de millones de niñas como a Minnie, cuando Mickey Mouse cumplió ocho décadas de existencia; sus diseños se lucen asimismo en encendedores Bic, en el packaging de productos Kleenex y llegaron a engalanar a las azafatas de El Tour de France.
Visibilidad global
Más allá de poseer tiendas en Bogotá, Oporto y Madrid, es una marca presente en múltiples países, ya sea gracias a distribuidores o a eventos que le otorgan visibilidad a esta creadora de tendencias. “El Mercedes Benz Fashion Week Madrid”, el desfile retrospectivo que ofreció en Jameos del Agua enalteciendo al “Lanzarote Fashion Weekend” y su participación en el programa de “Bolivia Fashion Week” aparecen entre los compromisos recientes de esta mujer que no oculta su fascinación por la vestimenta típica del pueblo aimará ya que las pinceladas en las prendas femeninas están a tono con la energía cromática de sus colecciones. Tras observar las largas faldas con ondulaciones, los sombreros de copa y las mantas tejidas y adornadas con bordados, la excéntrica Ágatha Ruiz de la Prada, también responsable del multicolor modelo Micra de Nissan y creadora de muñecas de trapo a beneficio de una campaña de Unicef, afirmó estar enamorada de la “ropa de cholita”.
Sin dudas, esta empresaria y diseñadora española sabe cómo alimentar su imaginación para crear objetos llenos de luz a través de los cuales se transmite fuerza y optimismo, dos ejes fundamentales en la búsqueda de la plenitud.