El ambiente reservado a la elaboración de la comida diaria y al lavado de la vajilla debe resultar tan placentero y atractivo como las delicias que nacen en él. Ricos aromas, pulcritud y una presentación encantadora deben reinar en la cocina, el rincón del hogar donde el diseño y la decoración, deben complementarse con la organización, la higiene y el aprovechamiento inteligente de la superficie y los recursos disponibles. En este espacio, la belleza ornamental motoriza la creatividad gastronómica.
Una visión optimista y amor por el lugar que se habita permite adecuarse siempre a las características de cada propiedad. Si la cocina es pequeña, entonces hay que agudizar el ingenio para hallar la mayor comodidad posible en escasos metros cuadrados. Y si es amplia, nada mejor que nutrirla con muebles, detalles y artefactos que la tornen cálida, práctica y confortable. Tener una buena iluminación y ventilación adecuada, optimizar espacios y crear un entorno visualmente atractivo marcan la diferencia en este ambiente.
Cada cocina es única y puede personalizarse a través de su distribución, su equipamiento y de los materiales empleados en pisos, ventanas o paredes. Según cómo se la decore y la tecnología o estilo que se aplique es posible deleitarse con un ambiente minimalista, generar un entorno moderno, lograr una identidad rústica, apostar por una corriente vintage o alcanzar un resultado futurista. Más allá del efecto conseguido, siempre debe ser un espacio funcional, atractivo, higiénico y seguro para todos los integrantes del hogar.
Para generar una sensación constante de amplitud y claridad en el sitio donde conviven alacena, horno, lavaplatos y heladera conviene que las mesadas y los mobiliarios luzcan texturas lacadas o metalizadas, en un único color, sin sobrecargar la zona. El vidrio y las pinturas brillantes, así como un piso en tonos neutros, potencian el resultado. Un estante o una barra de cierto grosor bajo un ventanal o a media altura sobre una pared ayudan también a aprovechar el espacio, permitiendo almacenar objetos o desayunar allí.
El feng shui concibe a la cocina como el centro o corazón de toda propiedad, un imán de abundancia y prosperidad. Allí el elemento preponderante es el fuego, pero la energía en este ambiente debe fluir de manera adecuada para equilibrarse con el metal, la tierra, el agua y la madera. Conviene evitar los excesos ornamentales y unificar artefactos según su naturaleza para que, por ejemplo, no se mezcle la grifería con el microondas: como separación, plantas aromáticas, algo metálico o tablas destinadas a cortar carne.
Usar el espacio aéreo con estantes y despensas colgantes es fundamental para organizar la cocina sin obstaculizar la circulación. Conviene, de igual modo, apostar por muebles bajos con ruedas que se trasladen en función de las necesidades, empleándolos como mesa auxiliar y depositando en sus cajones o tablas diversos comestibles, recipientes, platos o vasos, entre otros elementos de uso frecuente. Las estructuras a medida son el broche de oro para lograr un ambiente siempre presentable, accesible y ordenado.
En estos ambientes, las emociones entran a rodar. Es aquí donde la alquimia de sabores y aromas se entremezclan con nuestros pensamientos. La vorágine de lo cotidiano le da lugar a lo primordial para nuestros corazones y así se van delineando los sueños que ansiamos concretar en un futuro. Entre sartenes y utensilios, las comidas van tornándose sabrosas y exquisitas para los paladares de los seres que amamos. Aquí comenzamos nuestros días con energías renovadas porque la calidez y pulcritud de nuestras cocinas, es el marco propicio que siempre nos invitará a soñar…