Para los aventureros que desean conocer el mundo en bicicleta, todo es adrenalina pura y mucha pasión por la libertad que este desafío implica. Floral Zu nos cuenta cómo comenzó esta elección de disfrutar la vida sobre ruedas: “Siempre tuve esta inquietud por la aventura, de pequeña a través de la lectura de libros, para luego pasar ya más de grande a una etapa en donde jugué a ser montañista llegando a escalar el Aconcagua, el Lanín y algunos otros picos de nuestra querida Argentina tan privilegiada en su geografía. Hace aproximadamente diez años esas pasiones se unieron para conformar este proyecto artístico que es hoy mi actividad: fotografiar al mundo desde una bicicleta, lo cual ha resultado en la edición de dos libros: “Bicicletas en Foco” (bicicletas por el mundo) y “Japón desde mi bicicleta”, recientemente editado en donde hago un exhaustivo registro fotográfico de esa cultura tan admirable y cautivante”.

Floral,  ¿cómo nació esta pasión en vos?

- Probablemente tenga que decir que estas pasiones: la fotografía, la bicicleta y los viajes, han estado siempre conmigo: la fotografía y el trabajo con la imagen, ha sido siempre mi profesión pues además de fotógrafa soy diseñadora gráfica. Y no sólo es mi profesión sino que también es mi hobby. La bicicleta me acompañó de pequeña y aunque la abandoné muchos años volví a retomarla hace unos diez.

¿Cuáles son las condiciones del clima en Japón para tener en cuenta?

- Yo viaje a Japón en la plenitud del otoño, tuve un clima muy bueno en donde no tuve ni demasiado frío y por suerte tampoco lluvias, creería que el resto de las temporadas no presenta situaciones climáticas extremas tampoco, con lo cual creo que en ese sentido es un país muy amigable para viajar.

¿Cuáles son las sensaciones que has experimentado en tus recorridos?

- En Japón las sensaciones son como un torbellino, un asombro constante, la sorpresa y el deslumbre: esa mezcla de modernidad y tradición hace de Japón un lugar único y luego lo particular de cada ciudad: en ese sentido cabe destacar el sobrecogimiento que sentí al visitar Hiroshima, ser testigo presencial de esa ciudad que sufrió un evento que marcó un antes y un después en la historia del siglo XX. Quedé muy conmovida de estar en ese sitio donde fue arrojada la primera bomba nuclear contra una población civil y destruyó a toda la ciudad y a sus habitantes. Lleva al replanteamiento de una cantidad de cuestiones muy profundas que tienen que ver, no sólo con Japón, sino con la humanidad completa y con una reflexión acerca de aquello que deberíamos modificar como sociedad para que sucesos tan dramáticos y destructivos como éstos, no se vuelvan a repetir jamás.

¿Cuáles han sido los contratiempos que has tenido que vencer en tus recorridos en bici?

- No he tenido grandes contratiempos en Japón, moverse allí como turista es muy fácil y muy seguro pues todo está previsto, todo está muy bien organizado e indicado y en particular  la amabilidad de la gente hace que sea muy difícil encontrarse ningún contratiempo. Es un país muy seguro en cuanto a que hay un muy bajo índice delictivo y uno transita las calles de cualquier barrio (aún en una ciudad tan grande como Tokio) y se siente muy tranquilo a tal punto que la gente deja sus bicicletas en la calle durante toda la noche sin atarlas y allí están al día siguiente!

Floral, ¿cómo te definirías en pocas palabras?

- Siempre es difícil describirse a uno mismo…tal vez podría decirte cómo elijo pensarme y yo me considero como alguien inquieta, curiosa, que le gusta avanzar por caminos de aventura, descubrir nuevas cosas y siempre coquetear con el juego y la imaginación. Creo que al viajar es importante aceptar ese juego y abrir las puertas para saltar por un rato en esos escenarios antes de volver a la realidad y a la vida cotidiana.

¿Cuáles son las cualidades que te han llevado a esta experiencia tan exitosa?

- Esta experiencia creo que terminó de cobrar vida cuando logré plasmarlo en mi libro llamado justamente “Japón desde mi bicicleta”, donde pude volcar todo este asombro y este deslumbre y lo hice a través de lo que es mi lenguaje principal: la fotografía. También en  textos dispersos en las páginas, donde hago breves relatos de la experiencia y cuento cosas de los lugares que visité. Asimismo en este libro quise dejar la explicación de algunas palabras japonesas que describen sentimientos muy hondos en muy pocos vocablos, palabras hermosas que tiene el idioma japonés y busqué acercar esos significados al lector para de esa manera poder transmitir un poco más esa inmensa cultura nipona. Y por último incorporé al libro, varios videos a través de códigos QR, que al escanearlos con el celular llevan al lector a videos. Propuse así ventanas en donde el lector pueda asomarse a sonidos y vivencias del viaje y puedan ser partícipes conmigo. Todo este trabajo me llevó más de un año de investigación, de edición y de diseño, y ha resultado en que esta experiencia sea realmente exitosa y así, pude compartirlo con miles de personas y no guardarlo únicamente para mí. El éxito siempre es poder compartir.

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