A los 44 años de edad, Juan Minujín ya está consolidado entre los grandes actores argentinos de la actualidad, primero se formó con grandes maestros, luego comenzó a trabajar en teatro y cine, y finalmente le llegó la popularidad de la mano de la televisión. Su talento personal lo llevó a incursionar en la dirección cinematográfica en la película “Vaquero”, pero quizás su gran salto devino con el reciente protagónico en el film “Los Dos Papas” el cual lo llevó a trascender las fronteras artísticas personificando al Papa Francisco en su juventud. Cuando Juan se aleja de las cámaras y de los escenarios, disfruta en plenitud compartiendo proyectos con su esposa Laura y sus dos hijas, Amanda y Carmela, los amores de su vida.
En nuestro cálido encuentro, comprometidos en abordar todas las facetas de su vida artística y familiar, descubrimos el talento y entusiasmo del actor Juan Minujín, quien hoy engalana nuestra portada. Amado por todos, Juan supo hacerse y reinventarse explorando su capacidad de expresión de disímiles maneras; de ese modo y siendo muy joven, con notable identidad y esfuerzo, logró consolidarse en el ámbito de la actuación. Quizás por ello es imposible no asociar su apellido a la creatividad, ganándose un lugar genuino en la cultura nacional gracias a su fisonomía actoral, conseguida a fuerza de pasión y perseverancia. Tal es así que dentro de su periplo aventurero por el mundo, ya radicado en Londres, siendo apenas un jovencito, actuaba como estatua callejera y a su regreso, tocaba el violín en el subte porteño y con mucho entusiasmo animó fiestas de toda índole. También es el sobrino de la reina del Pop Art, la artista plástica Marta Minujin.
Una herencia muy valiosa
Hijo de un matemático y de una socióloga, nació el 20 de mayo de 1975 en la city porteña. Juan nos ha contado, con esa notoria cordialidad que lo caracteriza, que en su casa se respiraba arte. Las visitas a museos y las noches de cine, en este marco cultural, resultaban frecuentes; la militancia política de sus padres, forzados al exilio durante la última dictadura militar, hizo que tuviera que crecer en Cambridge y luego México. “La verdad es que mi papá y mi mamá, no estaban vinculados al mundo del espectáculo pero si al del arte. En mi casa siempre había discos de poesías, películas, pinturas, siempre que íbamos de viaje visitábamos museos y me llevaban a ver teatro y ópera para chicos, son muy amantes de lo artístico en general, de la música clásica y del jazz, esto sí, lo heredé de ellos”, nos manifestó Juan muy orgulloso de este legado familiar.
Fue en la adolescencia, precisamente en el año 1997, cuando dispuesto a perfeccionar sus habilidades y a sumar experiencias de vida, se instaló solo en Inglaterra. Fue precisamente en Cambridge, donde logró formarse en las compañías: “Complicité” y “DV8 Physical Theatre” y con el genial Philippe Gaulier, toda una garantía cultural en aquella época.
Los Minujin recién volvieron a Argentina con la restauración de la democracia; luego Juan partió a Londres cuando contaba tan solo con veintidós años, esta vez partía sin compañía y poco a poco, se convenció de que quería ser actor. Ya de regreso en la Argentina, fue entonces cuando decidió estudiar junto a los grandes, así tomó clases con el destacado Julio Chávez, también con Pompeyo Audivert, Cristina Banegas y otros referentes del teatro nacional a los cuales agradece tanto profesionalismo. Con una calidez poco común y una transparencia espiritual muy marcada, los recuerdos comenzaron a delinear su personalidad.
-¿Juan cuáles son esos valores que te transmitieron tus padres, que te han marcado a fuego?
Son valores éticos, fundamentalmente solidarios, de ayudar a los demás, de empatía con el otro. Tenía que comprender que me había criado en una familia de clase media, donde era un deleite poder estudiar, y no tener que salir a trabajar de chico por ejemplo, eso era un privilegio. Mis padres siempre me transmitieron mucha confianza, lo que más rescato de ellos, es el acompañamiento, el hecho fundamental de que yo podía elegir mi pasión y vivir de ella, tomarla seriamente, estudiar mucho, y focalizarme, poniendo toda mi energía en ello.
-¿Qué fue aquello que los motivó a irse a buscar otros rumbos. Qué recuerdos tenes de esa época primero en Cambridge, México y Londres?
Nosotros fuimos a Inglaterra en 1976, porque mis padres militaban en la política en la universidad, entonces los amenazaron y nos fuimos del país, a Cambridge y después a México, fue por exilio político, como te comenté. Luego con los años yo me fui a Londres completamente solo en el 97, tenía veintidós años por entonces y ahí viví otra experiencia, me fui a estudiar teatro y fue un momento muy hermoso, muy enriquecedor, una época dorada en mi vida.
-Algo maravilloso, es que en Londres, trabajabas como estatua viviente y convivías con chicos de otros países…
Sí, es verdad¸ trabajaba de estatua, viviendo mientras con esas monedas me costeaba mis estudios de teatro en Londres, en “Leicester Square” y en “Covent Garden”; fue una época muy amada para mí, me enseñó muchos caminos, me abrió la cabeza, poder pensar en nuestro país desde afuera, fue maravilloso. Hubo tropiezos claro. En principio, era otro idioma, otra cultura muy diferente, tener que salir a ganarme la vida con trabajos alternativos, estar completamente solo, pero el inconveniente mayor era el idioma, el cual adquirí con el tiempo, claro. Ellos allá se manejan de maneras muy distintas y tienen otros códigos… pero fue una experiencia increíble.
-¿Por qué elegiste argentina para desarrollarte y no otro destino?
Supongo que porque mis raíces afectivas las tengo acá, aunque mi papá y mi hermana viven afuera; mi mamá vivió también mucho tiempo en Brasil, yo por ejemplo estuve hasta los ocho años en México y después en Londres, es un país que me gusta mucho, que tiene un potencial hermoso, que también posee muchos problemas y caos, pero como los tienen también otros países, pero yo definitivamente tengo mis raíces acá.
-¿Imagino la cantidad de anécdotas que tendrás en los primeros tiempos en ese maravilloso país…
Si, la verdad que sí, muchísimas, con mis compañeros de otros países, porque asistía a una escuela donde había chicos de todo el mundo, compartía la casa con dos daneses, y después con españoles y franceses, también con chicos asiáticos, fue un momento muy lindo y de mucha cultura, una época brillante.
-¿Quiénes han sido tus verdaderos maestros en la actuación, a quienes admirás y por qué? Cristina Banegas ha sido un referente indiscutible en tu carrera.
Sí es verdad. Mi primera maestra, quien me enseñó el amor por la profesión y el trabajo, fue Cristina Banegas, estudié con ella desde los quince a los diecinueve, fueron cuatro años hermosos, después estudié con Alberto Ure que también lo reconozco como un gran docente, con Guillermo Angeleli que también fue muy formativo y luego en Londres con Philip Collie.
-Siempre has estado rodeado de personas muy valiosas a las cuales nombrás muy seguido…
Esa es una etapa muy importante en mi vida, que tiene que ver con mis compañeros de trabajo, en gran medida te diría que con los chicos del “Descueve”, con Maira Bonard, Carlos Casela, Nanda Frenkel, Gabi Barberio y Maria Usedo. Fue la primera experiencia que hice más los estudios de danza. Y reconozco que me abrieron artísticamente mucho la cabeza, con ellos tengo un gran vínculo y soy amigo aún.
-La Obra “Postales Argentinas” ha hecho un quiebre en tu decisión de ser actor
Totalmente, es cierto, admiro mucho a uno de los que me llevó a ser actor, él también es un profesional de las tablas y se llama Pompeyo Audivert con quien tuve la suerte de poder estudiar, pero básicamente lo admiré mucho en la actuación. Cuando vi esa obra de teatro de su autoría, que se llamaba “Postales Argentinas” a la que me había llevado mi mamá a los catorce años, fue crucial, ahí decidí que quería estudiar actuación.
-¿Cuáles han sido tus estudios en esta profesión? Sos amante de la lectura y la investigación…
Sí, totalmente, y disfruto mucho cuando lo puedo hacer, también estudié danza, entrenamiento corporal, música, historia del arte, abordé muchos autores, por suerte siempre me gustó mucho leer de todo y estudiar, y tuve la suerte de que mis padres me bancaron los estudios, me gusta también investigar y todo me sirvió para desarrollarme en esto de la actuación que tanto amo.
-El éxito se logra con perseverancia y esfuerzo, ¿cómo definirías tu éxito personal y profesional? ¿Qué habilidades tuyas lo lograron?
Mi éxito personal, desde ya, es el maravilloso vínculo que tengo con mi esposa y mis hijas, el que tenemos entre cada uno de nosotros y entre los cuatro. Eso para mí es fundamental, tengo una hermosa relación con mis hermanos y hermana y con mis padres, tengo muy lindos vínculos afectivos con amigos que amo y que son compañeros de la vida. Y el éxito profesional, me parece que lo conseguí con mucha perseverancia, pensando a largo plazo y dejándome guiar, no por la especulación de a dónde me puede llevar un logro, sino por el placer que me da el recorrido en sí mismo.
-Haciendo un trabajo introspectivo ¿cuáles han sido esas condiciones que te han hecho merecedor del protagónico del film “Los Dos Papas”?
La verdad no lo sé, me parece que a Fernando Meirelles, el director, le interesó trabajar conmigo y reconozco que a mí me gustó mucho trabajar con él, porque también el personaje del Papa Francisco me pareció fantástico de retratar, la película es genial de donde se la mire, mi fuerza expresiva funcionó para este rol y me eligieron. Pienso que acá radicó la decisión del director del film.
¿Cómo fue trabajar al lado de dos grandes, Antony Hopkins y Jonathan Price y tus experiencias y sensaciones al protagonizar al Papa Francisco siendo muy joven?
Fue interesante todo el proceso de investigación previo al film, trabajamos con un padre jesuita que nos orientó mucho; como yo no vengo de una formación religiosa también traté de informarme mucho en este tema, en la religión, en lo que es tener fe, en lo que es poseer una vocación religiosa. Y después investigué junto a Fernando Meirelles todos los aspectos sociales y políticos que rodean al Papa Francisco; compartir el film con dos grandes como Antony Hopkins y Jonathan Price, fue una experiencia enriquecedora y de mucho aprendizaje. Trabajar con ellos dos fue muy especial, soy gran admirador de Fernando Meirelles, que también dirigió “Ciudad de Dios”, es un gran director brasileño, he visto muchas películas de Jonathan y de Anthony, pero en esta oportunidad, con quien más traté, fue con Jonathan Price.
-Tengo entendido que viajaste nuevamente a Londres pero esta vez a los ensayos junto a Antony Hopkins y Jonathan Price para el film “Los Dos Papas”.
Sí, una vez que me eligieron acá en Buenos Aires para hacer la película, me mandaron a Londres a ensayar con ellos allá. Con Jonathan Price, además, hicimos todas las pruebas de maquillaje y lentes de contacto y pelo, todo eso se hizo en Londres e intercambié un poco de miradas sobre el personaje del Papa Francisco. Con Jonathan Price es con quien más traté, es un enorme orgullo estar en una misma película con ellos. Fue muy enriquecedor ver cómo encaraba una escena o desarrollaba con maestría el personaje de Bergoglio, son grandes actores a quienes admiro muchísimo, conviví con ellos en la gira promocional del film, ya que por este tema tuve que viajar a Toronto, Los Ángeles y Miami, y fuimos compartiendo experiencias juntos, fue muy lindo, es un privilegio ser parte de esta película.
-¿Cómo está compuesta tu familia? ¿Qué actividades te gusta compartir junto a ellos?
Mi familia más cercana es mi esposa Laura y mis hijas Carmela y Amanda, una tiene diez y la otra catorce años, con ellos me gusta jugar al rumi, al burako, al teg, dibujar, charlar e ir a comer, también tengo a mi papá Alberto que está casado con una señora americana, mi mamá que se llama Aída, mis hermanos Pablo y Facundo, y tengo una hermana más chiquita que se llama Ana, con todos ellos tengo una relación hermosa.En general hacemos asados y hay muchos encuentros, la verdad que es una familia que fluye bien y sanamente.
-Tus hijas Amanda y Carmela son dos de tus amores ¿Cuál es el consejo que le darías a ellas para que lleven una vida sana como la tuya?
Simplemente les diría que estudien, y que se enfoquen en dedicarse a algo que les guste en la vida, si todos sus días lo pasan dedicándose a eso que las apasiona ya es un éxito. En cuanto a lo laboral y en lo afectivo, que armen vínculos que sean sanos, y sean buenas personas, que las quieran y las cuiden, es lo único que me importa.
-¿Cuáles han sido los mejores consejos que has capitalizado para tu vida tanto profesional como personal?
Un poco esto que te comentaba, la confianza que me dieron mis padres en cuanto a decir bueno dedícate a esto que te gusta, no te preocupes por si te va bien o mal, me apoyaron siempre, me motivaron para que me lo tome en serio y tenga una formación. El amor por el saber, lo he capitalizado gracias al apoyo de ellos.
-¿Qué hechos fueron moldeando tu personalidad artística? Escuché decirte que la gente que te rodeaba fue siempre muy valiosa…y lo es en la actualidad…
Sí es verdad, creo que los diferentes compañeros con los que fui trabajando me formaron, hice muchas películas. “Un año sin amor”, por ejemplo, era una película muy intensa que me conectó con un mundo muy desconocido para mí y la gente que me fue rodeando en la vida profesional, me marcó por completo. Tuve mucha suerte, me conecté con directoras y directores muy importantes y trascendentes. Hay otras experiencias que quizá no han sido tan buenas, pero de todo se aprende. Mariano Pensotti fue otra persona que me moldeó mucho, los productores Sebastián Ortega y Adrián Suar, también. En conclusión, tuve siempre personas muy valiosas cerca que me orientaron y proyectaron.
-Juan, sabemos de tu enorme sensibilidad ¿Qué te enoja y qué te alegra?
Me enoja un poco la desigualdad a nivel social, eso me da pena, me duele mucho, es algo con lo que cada día me cuesta convivir; las diferentes oportunidades que tiene la gente, por eso me siento un gran privilegiado y eso que vengo de una familia de clase media, pero tuve el apoyo afectivo de mis padres, porque me dieron la posibilidad de no tener que salir a trabajar cuando era chico. Me alegra por ejemplo estar tirado en el piso dibujando con mis hijas, tomar una copa de vino junto a mi esposa en algún lugar lindo y charlar, me alegra ver a mis papás, me alegra mucho hacer teatro, hacer una función linda y que la gente te aplauda.
-De todos tus logros, tanto teatrales como fílmicos, ¿cuáles recordás con mayor intensidad y por qué?
“Los Dos Papas” fue una experiencia increíble, “La Verdad”, la obra que estoy haciendo ahora, también, es una experiencia que en el teatro comercial es la más satisfactoria que he vivido. Obras como “El Marginal”, “100 días para enamorarse” fueron reconfortantes; esa obra de teatro hermosa con el “Descueve”, un grupo fantástico. La primer obra que yo hice fue “Edipo”, “Rey de Hungría”, que la realicé con un amigo y después la película que dirigí, escribí y actué, que se llamó “Vaquero”, para mí fue un gran hito artístico en mi vida. Cada una de ellas me ha enriquecido de diferentes maneras. Imposible destacar alguna.
-Sos un hombre de una actividad incesante, ¿Cómo es un día tuyo en la cotidianidad?
Bueno depende mucho del trabajo que esté haciendo, ahora que estoy realizando solamente teatro, es diferente mi rutina. Durante el año, me levanto 6, 30 am, preparo el desayuno a mi hija más grande y la llevo a algún lugar, vuelvo y le preparo el desayuno a la más chica y la llevo a la escuela, ahí arranco mi día. Luego si estoy haciendo teatro en general voy al gimnasio, después tengo reuniones y leo cosas que preciso o por placer y a la noche tengo función. Pero de tarde estoy bastante en casa, estoy con mi familia, disfruto mucho con mis amores Laura y mis hijas, y si estoy haciendo tiras, después de dejar a la más chiquita en la escuela voy a trabajar y vuelvo a las 18 hs aproximadamente. Disfruto mucho de los desayunos en familia; en general, el trabajo es el lugar de más seriedad y más conexión con lo profesional, y mi familia y la casa, es mi lugar de relax total.
-¿Cómo surge el proyecto Atlantis? Sabemos que te gusta mucho el dibujo y en estos mapas de América, Argentina y los planetas, has logrado tu objetivo didáctico…
Totalmente. El proyecto lo inicié con mis hijas, son mapas gigantes, uno de Argentina, el origen fue encontrar una manera de dejar las pantallas y compartir momentos con mis hijas. El dibujo me gusta mucho y junto a los mapas unimos la pasión por el dibujo con algo didáctico porque reconozco que le sumamos mucha información de Argentina. Tenemos también otro de América y otro mapa de los planetas y espero que sigan creciendo. En instagram es Atlantis.mapas y ahí hay mucha información valiosa.
-Si tuvieras que re armar tu equipo de trabajo en “Atlantis”, ¿qué papel ocuparías vos diferente al actual?
En realidad para los mapas que yo hago, armé un equipo de trabajo, donde no soy el protagonista porque solamente armé la idea, y la motorizo y le doy empuje. Pero hay una diseñadora, una ilustradora, una persona que se ocupa de los contenidos y el management de la empresa. Hay una persona que realiza la administración y demás. Soy muy bueno delegando tareas, no tengo problemas con eso, me parece que ocuparía el lugar de un buen motivador de equipo, eligiendo grupos que puedan construir en conjunto y no que sean solo talentos individuales.
-¿Qué otro gran personaje de la humanidad te gustaría protagonizar además del Papa Francisco y por qué?
Hay un montón de persona emblemáticas, es la verdad, pero no me guio por la grandeza o huella que hayan dejado, sino más bien por el tipo de contradicciones que tuvieron, me gustaría retratar a políticos corruptos que hicieron daño en la sociedad y aun así me gustaría hacerlo, me agradan los personajes reales y estimulantes, pero no necesariamente tienen que ser intachables o aspiracionales.
-Juan seguimos tu carrera, y si de tiras o series hablamos, has protagonizado grandes éxitos indiscutidos en su momento, como Viudas e Hijas del rock & roll, 100 días para enamorarse, El marginal; hasta hoy con tu obra de teatro “La Verdad”, todos ellos tienen en su trama, algún personaje central o tópico que marca un quiebre o momento social y moviliza a quienes somos espectadores, ¿Cómo vivís vos los cambios que está teniendo nuestra sociedad al ser parte de cierta forma de un formato que comunica y plasma cada uno de esos cambios? ¿Sentís cierta responsabilidad?
En principio me interesan muchos los proyecto que incluyan cierta demanda de lo social, de lo que está circulando en la comunidad y se pueda reflejar en una ficción, trato de involucrarme en proyectos que tengan que ver con eso, y sino darle esa impronta. Es muy importante que la ficción pueda contarnos a nosotros mismos, generar interrogantes en los espectadores con las demandas sociales que circulan. Trato de ser proactivo en el sentido de poder participar un poco en qué mirada se tiene, estar atento a la inquietud de productores y directores; siempre que puedo trato de aprovecharlo porque tiene que ver con parte del camino expresivo que quiero seguir, esa parte de la condición humana, que no quiere decir bajar línea ni adoctrinar a nadie, sino más bien es generar interrogantes de aquello que está circulando en la sociedad.
-¿Cuáles son tus sueños pendientes tanto a nivel profesional como personal?
Profesionalmente tengo muchas cosas pendientes y que a seguir explorando, acá y en el extranjero con un montón de directores y directoras. Quiero seguir escribiendo y dirigiendo, deseo seguir haciendo teatro, encontré en Gustavo Yankelevich una persona fantástica con la que quiero seguir trabajando; y a nivel personal, que mi familia siga teniendo esta comunicación que tenemos ahora, que mis hijas sigan avanzando en su día a día de una manera linda, sana y alegre, y que nos acompañe siempre mucha salud.
Autor: Lic. Kamala Bonifazi