Thmubnail
Thmubnail
Thmubnail
Thmubnail
Thmubnail

El séptimo arte, a lo largo de la historia, nos ha regalado momentos memorables con la bicicleta como protagonista. Imposible olvidar las escenas de los jóvenes Anna Chlumsky y Macaulay Culkin en el emotivo filme titulado “Mi primer beso”, así como más cerca en el tiempo fue centro de atención para los espectadores de “El baño del Papa”, una película que supo ser postulada como candidata a los Premios Óscar. “Los Bicivoladores” es otro clásico que contribuyó a darle notoriedad mundial a este medio de transporte pero, sin lugar a dudas, es Elliott atravesando el cielo con E.T. en el canasto de la bicicleta la imagen que se ha grabado a fuego en la mente de multitudes. Y no podemos dejar de recordar la obra “La bicicleta con alas” del poeta santafesino José Pedroni, un regalo para nuestras almas sensibles.

Esta fantástica creación que ha ido evolucionando y segmentándose en función de su uso para satisfacer a toda clase de fans, en la vida cotidiana le da satisfacción a chicos, jóvenes y adultos. Con ella, los traslados por razones laborales y los paseos recreativos, están garantizados sin necesidad de invertir en combustible ni de contaminar el ambiente, los más pequeños se entretienen al aire libre y elevan su autoestima cuando por fin consiguen avanzar sin rueditas de respaldo ni la ayuda de papá y mamá para no perder el equilibrio y los adolescentes sienten la adrenalina de hacer piruetas o acrobacias. El ciclismo de competición, en tanto, motiva a entrenar para lograr el mejor tiempo posible, cuidando la alimentación, la resistencia física y la puesta a punto de la bicicleta en la fase preparatoria.

A rodar sin vueltas

El uso que se le da, el diseño, los materiales empleados, el tamaño y otras variables enmarcan a cada bicicleta en una categoría determinada. La modalidad deportiva engloba a las admitidas en carreras, como ocurre con la de montaña, la denominada todoterreno, las reclinadas y las de mano, mientras que para el día a día se ofrecen las más tradicionales, concebidas para paseos o traslados en entornos urbanos.

La variedad se nutre asimismo con bicicletas plegables que no requieren demasiado espacio a la hora de ser guardadas, las utilitarias que funcionan como vehículos de carga pesada, las pensadas como remolque que suman a la unidad principal bicicletas infantiles a fin de permitir desplazamientos familiares, las de tipo playero y las híbridas, nacidas de la combinación de las Mountain Bike y las todoterreno. También se ha trabajado mucho en la fabricación de líneas destinadas a personas con requerimientos especiales a raíz de patologías físicas.

Cicloturismo, magia natural

Las ciclovías y bicisendas distribuidas por el mundo animan a mucha gente a pedalear en zonas urbanas de manera segura y organizada. Con los elementos adecuados de protección y respetando siempre las normas de tránsito, circular en bicicleta es una experiencia gratificante, enriquecedora y saludable.

Además de ayudar a mantener el cuerpo en forma, es un medio sustentable que no daña al planeta y permite ahorrar costos de traslado. Cuando se la emplea en circuitos diseñados con fines turísticos, incluso, da acceso a vivencias impactantes en contacto con la naturaleza. Avanzar por senderos de inigualable belleza natural, recorrer espacios de importancia histórica y apreciar patrimonios culturales con la compañía de una bicicleta es una aventura que proporciona entretenimiento, alimenta el espíritu deportivo y plantea desafíos que hay que afrontar sin dejar de pedalear.

Ámsterdam, París, Londres, Montreal, Copen-hague, Berlín, Portland y Perth son parte de las maravillosas ciudades que convienen tener en cuenta al momento de organizar un viaje de ensueño en plan ciclista. En suelo argentino, los tours más atractivos proponen sumergirse en los impresionantes viñedos de Mendoza, enamorarse de los tesoros patagónicos al completar en dos ruedas la Ruta de los Siete Lagos y sortear el obstáculo de la altura en la zona de Humahuaca, siempre que las condiciones meteorológicas y el estado físico lo permitan.

De reliquia familiar a objeto de diseño

Abundan en el mundo los coleccionistas de bicicletas, unos apasionados que destinan largas horas a la refacción de viejas unidades e invierten importantes sumas de dinero para adquirir ciertos modelos o marcas. Además hay quienes le rinden culto a este transporte desarrollando versiones en miniatura y otros que no dudan en comprarlas para adornar algún sector del hogar. Más allá de permitir los desplazamientos, este objeto es motor de creatividad y logra grabarse en la memoria no solo por su aparición en pinturas, canciones, relatos de ficción, videojuegos, esculturas o películas, sino también por ser una pieza presente en la vida de muchas familias que sienten una profunda emoción al ver a los más chiquitos disfrutar esa magnífica sensación de libertad que se experimenta cuando uno avanza en bicicleta.

El óxido, la falta de pintura u otros defectos propios del uso y del transcurso del tiempo, lejos de quitarles valor, le suman encanto a las bicis antiguas porque dan cuenta de su historia. A veces se opta por renovarlas para volver a ponerlas en valor y comercializarlas bajo el concepto vintage, añadiéndoles un bonito canasto o un vistoso asiento de cuero. En otras ocasiones, en tanto, basta con hacerle mantenimiento a las ruedas y trabajar sobre las condiciones de seguridad para que una misma bicicleta pase de generación en generación. Y cuando ya no es posible recuperar su funcionamiento, más de uno elige extenderle la vida útil transformándola en un accesorio decorativo cuya belleza puede realzarse con plantas en la zona del jardín o exhibiéndola en altura sobre una pared para darle un aire retro a algún comercio. No existe creación, por más vanguardista y tecnológica que sea, que se compare con la importancia afectiva y sentimental de tener una bicicleta como nexo entre abuelos, padres, hijos, sobrinos y hasta nietos.

 


Autor: Editorial Sólo Líderes