El 8 de enero de 1939, la pareja compuesta por María Cristina Niño Passios y Guillermo Pacanins Acevedo celebró en Caracas el nacimiento de su segunda hija. En el guardarropas de esa heredera siempre hubo piezas de alta costura porque pertenecía a una familia de buen pasar económico con mucha vida social. Su buen gusto al vestir y sus habilidades para el diseño transformaron a esa joven en un referente del mundo de la moda y respaldaron al nombre que ya es su marca registrada: Carolina Herrera.

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Muy joven era María Carolina cuando contrajo matrimonio con Guillermo Behrens Tello. Fruto de ese amor nacieron Ana Luisa y Mercedes, pero la pareja se disolvió con un divorcio que causó un gran revuelo en el entorno de la diseñadora. A fines de la década del sesenta, esta experta en moda rehízo su vida sentimental junto a Reinaldo Herrera Guevara. Por casarse con este hombre junto al cual tuvo dos descendientes, Carolina Adriana y Patricia Cristina, la venezolana llegó a ser marquesa consorte de Torre Casa.

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La primera colección de Carolina Herrera salió a la luz con un desfile que se desarrolló en suelo neoyorquino durante 1981, respaldado por la editora Diana Vreeland. Meses antes, el nombre de esta talentosa creativa se incluyó en el listado que hacía foco en las damas mejor vestidas del planeta. En 1986, su trabajo como diseñadora adquirió dimensión mundial ya que ella se encargó de crear el vestido que Caroline Kennedy lució en su boda. Los romances siguieron inspirándola y así surgió, en 1987, su primera línea para novias.

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Carolina Herrera nutre al ámbito de las fragancias desde 1988. Tres temporadas más tarde, la marca diversificó su clientela al lanzar su primer perfume para hombres. Desde entonces, la sensualidad tanto femenina como masculina se potencia con aromas exclusivos identificados como CH Men, CH, la línea 2012 (Sexy, Vip Rosé, NYC Men y Vip Black, por ejemplo) y la serie Good Girl. Fiel al estilo de la marca, además de cautivar al olfato, estos productos enamoran por sus delicados y glamorosos envases.

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En 1995, la división Moda de Carolina Herrera fue adquirida por Puig, una poderosa empresa con sede en Barcelona especializada en fragancias y moda. Además de contar con una veintena de filiales, esta compañía comercializa sus productos en más de ciento cincuenta naciones. Antes de conquistar esta marca, la multinacional potenció sus negocios al quedarse con Paco Rabanne y siguió creciendo después al convertirse en propietaria de Nina Ricci.

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Carolina Herrera de Báez, una de las hijas de la influyente diseñadora, asumió en 1996 la dirección creativa de Herrera’s House of Fragrances. Con el tiempo, la empresa sumó variedad de rubros y abrió boutiques. En 2000 instaló una coqueta tienda en Nueva York y, al año siguiente, desembarcó en Madrid. La expansión comercial posibilitó que, con el correr de los años, la marca tenga presencia en Punta del Este, Buenos Aires, Porto Alegre y Santiago de Chile, por enumerar algunas ciudades con locales CH.

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En una oportunidad, Carolina Herrera declaró que, pese a dedicarse al diseño guiada por tendencias, siente que, en verdad, trabaja sobre la belleza, entendiendo a la moda como un espacio veloz de “cambio y evolución”. A las exponentes de su género, por otra parte, les sugiere ser “siempre femeninas” y tanto a hombres como mujeres les asegura que “la educación es el mejor traje para la fiesta de la vida”. Respecto al uso de las redes sociales, la diseñadora sostiene que es ordinario “vender” la intimidad mediante la sobreexposición. 

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Miembros de la realeza, primeras damas, actrices y celebridades de diferentes nacionalidades suelen elegir, desde hace décadas, diseños de Carolina Herrera. En los últimos años, Michelle Obama, Melania Trump, Letizia Ortiz, Meghan Markle, Nicole Kidman, Lady Gaga y Jessica Alba, entre otras mujeres influyentes, han optado por fragancias, vestidos o accesorios de su marca al momento de asistir a eventos o compromisos laborales.

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Carolina Herrera, cuya figura está realzada por reconocimientos como el Premio de los Fundadores otorgado por el Council of Fashion Designers of America (CFDA) y el Premio Geoffrey Beene a la Trayectoria Profesional, decidió en 2018 dejar la dirección creativa de su compañía en manos del norteamericano Wes Gordon. Desde entonces, este diseñador se esfuerza por ser un digno sucesor de la dama venezolana de la moda pero dejando su propia impronta en colecciones modernas, novedosas y relajadas.

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El último desfile que encontró a Carolina Herrera como directora creativa de su afamada firma – cargo que asumió en 2016 tras la partida de Hervé Pierre – tuvo lugar en la Semana de la Moda de Nueva York. En ese marco aclaró que no pensaba retirarse de la actividad sino que, simplemente, quería recorrer el mundo siendo embajadora de su marca. Después de tanto trabajo e ideas, es difícil imaginar a la diseñadora alejada de la cocina artística pero los cambios siempre son bienvenidos cuando apuestan al crecimiento y a la renovación.

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Las colecciones y novedades de esta empresa dedicada a la moda figuran en el sitio web Carolina Herrera. Desde allí es posible además suscribirse a un newsletter, encontrar locales distribuidos por el mundo, consultar un blog especializado en novias y acceder a las redes sociales corporativas. En Facebook, la marca supera los tres millones de Me Gusta y su Instagram oficial es visto por más de cuatro millones de usuarios. Pinterest, Twitter y YouTube son otros canales aprovechados para llegar a los consumidores.

Autor: Editorial Sólo Líderes