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Las ballenas nos visitan todos los años, recorriendo las aguas del Golfo Nuevo desde junio hasta diciembre. La combinación de la geografía de Península Valdés y el encanto de la especie franca austral convierte a este destino en un lugar único en el mundo para hacer el avistaje.

En esta región de Chubut, los cetáceos hallan calma y un sitio propicio para reproducirse con total tranquilidad. Dado que los partos se producen en áreas poco profundas y cercanas a la costa, nos brindan la oportunidad de contemplar de cerca ese momento tan particular, así como también el encuentro entre los machos y las hembras que vienen a aparearse.

Su comportamiento curioso e interactivo con los humanos y las embarcaciones casi las llevó a la extinción siglos atrás; hoy el avistaje de ballenas nos permite disfrutar de su majestuosidad y armonía.

Amor al mar

Bottazzi Avistajes es una empresa familiar de origen italiano, establecida en la Patagonia hace más de 38 años, que organiza avistamientos de ballenas a bordo de sus embarcaciones.

Tito Bottazzi y su esposa Teresa Kaminski fueron los fundadores de la compañía.

Tito integró la primera camada de estudiantes de la licenciatura en Ecología dictada por el Museo de La Plata. Buzo profesional brevetado por Prefectura Naval Argentina, sus primeras incursiones en Península Valdés fueron como instructor de los alumnos que buscaban conseguir su brevet en la capital bonaerense.

La pareja, en este marco, se afincó en la zona a fines de los años ’70 y comenzó a realizar actividades de buceo y avistaje de ballenas de manera comercial a principios de los ‘80. Comenzaron con una embarcación para ocho pasajeros y actualmente su firma tiene una flota de tres barcos con capacidad para veinticinco, cincuenta y setenta pasajeros, todos equipados y seguros para el transporte náutico.

Bottazzi Avistajes ahora es dirigida por la segunda generación de la familia. Carlos, Romina y Miguel, los hijos de Tito y Teresa, continúan con este legado en contacto con la naturaleza. Además de los paseos en barco, la familia está al frente de All Península Valdés, una agencia de turismo receptivo que realiza excursiones terrestres y buceo y propone otras alternativas para deleitarse con la multiplicidad de atractivos de esta parte de la Patagonia.

Ballenas a la vista

El período de avistaje de las ballenas abarca varios meses del año. En junio, julio y agosto, cuando la temporada se pone en marcha, se pueden concretar los avistamientos costeros en el Área Protegida «El Doradillo», a quince km. de Puerto Madryn.

A bordo de las embarcaciones que parten desde Puerto Pirámides, en tanto, se observa mucha actividad de cortejos y apareamientos, conformados por una hembra y varios machos que participan de estos grupos de cópulas.

A partir de mediados de septiembre y hasta mitad de diciembre, estos machos y hembras que se unieron para aparearse en las aguas del Golfo Nuevo se van retirando y dan lugar a la observación de las mamás con las crías que nacieron entre junio y julio. En estos avistajes se puede apreciar más la relación entre la madre y el ballenato en su etapa de lactancia, así como juegos y curiosidades bajo un sol de primavera.

La magia de Península Valdés

Puerto Pirámides es una aldea turística y está íntimamente vinculada al cuidado de nuestro monumento natural, la ballena franca austral. Se encuentra ubicada a casi 100 km de Puerto Madryn y es la puerta de entrada al Área Natural Protegida Península Valdés, que alberga una amplia variedad de especies de mamíferos y aves como elefantes y lobos marinos, pingüinos de Magallanes y orcas, además de la fauna de la estepa patagónica que incluye a guanacos, choiques y maras, entre otras especies.

Las excursiones en barco para ver a las ballenas parten desde Puerto Pirámides. Pero el destino Península Valdés va mucho más allá y dispone de una rica oferta turística durante todo el año. Desde excursiones terrestres con recorridos por la península hasta circuitos de día completo para la observación y la interpretación de los ecosistemas terrestres, costeros y marinos de la región, pasando por buceo y snorkeling con lobos marinos, las propuestas son múltiples y están al alcance del visitante gracias a All Península Valdés.

La pingüinera Punta Tombo, de septiembre a abril, permite conocer una de las colonias de pingüinos de Magallanes más importantes de Sudamérica. El Valle Inferior del Río Chubut, por otro lado, se puede visitar todo el año, mientras que el Puerto de Rawson brinda la opción de realizar avistaje de toninas.

En Trelew, el Museo Paleontológico Egidio Feruglio (MEF) invita a introducirse en el fantástico mundo de los dinosaurios. Muy cerca, el circuito histórico-cultural de Gaiman, antigua colonia galesa, convida a degustar el tradicional té galés.

Ya sea en tierra, navegando o buceando, Bottazzi Avistajes y All Península Valdés se complementan a la perfección para que cada viajero tenga la posibilidad de pasar unos días inolvidables en la fabulosa Patagonia.


Autor: Editorial / Fotos: Héctor Casin, José Lazarte, Juan Carlos Lobos, Jesica Rizzo, Hernán Romero, Santiago Salimbeni, Romina y Miguel Bottazzi y gentileza Bottazzi Avistajes