Los amantes de los platos de mar y río y aquellos que desean incursionar en ese fantástico mundo de sabores tienen a su disposición una propuesta innovadora en Rosario. Las Caracolas es una pescadería que se dedica a la venta por mayor y por menor de pescados, mariscos y moluscos, contando también con una sorprendente rotisería y un sector de comida elaborada envasada al vacío. “Nos lanzamos a una propuesta moderna y arquitectónica en el centro de la ciudad sin perder nuestra esencia que hace tantos años nos caracteriza: la casa de un pescador”, afirman sus responsables.
Somos una madre y una hija trabajando día a día para que cada producto que llegue a una mesa de casa o a una mesa de restaurant sea increíble. Apostamos por una atención de calidad y con calidez de cada uno de los clientes que nos acompaña. Les agradecemos siempre el hecho de elegirnos, de volver a nuestro negocio y comprar en Las Caracolas, resaltan Sandra y Cata, al frente de este establecimiento.
Las Caracolas ofrece productos de calidad prémium al alcance de todos los consumidores. “Buscamos que la experiencia del cliente sea inolvidable, estando en cada detalle. Nos apasiona lo que hacemos, algo de lo que estamos muy agradecidas, ya que cuesta mucho encontrar lo que a uno lo motiva y dar lo máximo posible. Ya estamos comenzando con la cuarta generación de mujeres que se dedican a la pesca y al comercio, contentas de poder seguir este legado de amor. Nacimos con la vida de un pescador al lado y desde siempre supimos que era lo nuestro”, subrayan las impulsoras del emprendimiento.
Quienes se acercan a la pescadería se encuentran con una gran variedad de productos novedosos e innovadores, como pescados ya cocidos envasados al vacío. “Cosa de poder sacarlo del freezer, meterlo en el horno y listo: tu pescado ideal ya está hecho. Tratamos que cada producto sea de la mejor calidad que existe”, sintetizan sus titulares.
Una historia familiar
Las Caracolas es un sueño y una visión pionera que nació de Sandra y que Cata, su hija, tomó como propia. “Todo comenzó en un desayuno con mi mamá, donde me cuenta que cuando era chica quiso abrir un negocio con el nombre Las Caracolas pero que, como justamente era muy chica, no terminó resultando. A mí me apasionó el nombre y lo que venía con él”, señaló Cata.
“A los 19 años ella quería arrancar con todo lo que era ultra congelados. En ese momento no existía, se exponía todo muy fresco. Mi mamá tuvo esta idea y así nacieron los ultra congelados de Las Caracolas”, agregó.
Hoy en su local de Corrientes y 9 de Julio se ofrecen exquisiteces como la mousse de salmón ahumado con camarones; el panqueque primavera con atún de albacora importado; la empanada gallega con masa casera y relleno de abadejo; la paella valenciana; las croquetas de salmón rosado; y el strudel de langostinos.
Un espacio ambientado con esmero en una esquina emblemática de la ciudad, atención de excelencia y personalizada y la más amplia variedad de pescados, mariscos y moluscos de máxima calidad son la combinación perfecta para que Las Caracolas brille y llegue con sus delicias a un número cada vez mayor de casas y restaurantes