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Visitar Salta y recorrer la Ruta del Vino es adentrarse en la cultura de pueblos que conservan técnicas ancestrales de artesanías y tejidos y que ofrecen excelentes lugares para una estadía de calidad, viejas casonas con sus patios internos o cascos de estancias son opciones que remiten a tiempos de antaño, la gastronomía regional aderezada con especias de la zona y por supuesto, los vinos de altura para maridar empanadas, humitas, locro y cerrar con dulces artesanales. Imposible resistirse a la conjunción de buena comida y excelentes vinos mientras se disfruta de la vista de los nevados de más de 5 mil metros sobre el nivel del mar en mañanas y tardes de cielo límpido o del fresco de las estrelladas noches. 
El recorrido por la Ruta del Vino más alta del mundo como producto turístico tradicionalmente inicia en la ciudad de Salta, donde coexisten las tradicionales propuestas de gastronomía y vino en las típicas peñas, con opciones más sofisticadas, como el Club del Tinto con los menús más selectos para acompañar con vino en copas servidos en dispenser de última generación. Otra opción, El Baqueano, restaurante Marca País ubicado en la cima del cerro San Bernardo donde los productos regionales son convertidos en platos de categoría internacional; por último Cerdo Negro, desde hace meses Quico Fernández ofrece su producto exclusivo, jamón de cerdos criados con bellotas, únicos en América y que debe ser una visita obligada en Salta. 
Desde la ciudad de Salta partimos por la ruta Nacional 68 recorriendo el Valle de Lerma para iniciar la vuelta a los valles Calchaquíes que puede hacerse en dos sentidos. Elegiremos la opción por Cafayate, el punto neurálgico de la producción vitivinícola del Norte argentino. Antes de llegar a esta clásica ciudad, pasamos por Coronel Moldes, La Viña y Guachipas, donde incipientes producciones de vinificación están surgiendo.
Salta es una canción y cada pueblo de los Valles Calchaquíes ha sido cantado; su belleza natural, su riqueza cultural y sus vinos han sido reconocidos y celebrados por los poetas. Cafayate, la tierra del buen sol y del buen vino, a 189 km de la capital salteña por la RN 68.
Cafayate: Deja que beba en tu vino
Viñedos, artesanías, bodegas, helado de vino, empanadas, el verde y el morado de las uvas son la promesa al llegar a Cafayate; salir con tiempo es la clave para disfrutar las maravillas naturales del camino de la Reserva Natural Quebrada de las Conchas para apreciar lugares únicos: la Garganta del Diablo, el Anfiteatro, las formas esculpidas por el viento y por el tiempo se suceden en el camino, el sapo, el fraile, el obelisco, las ventanas, los castillos; luego se llega a los médanos y comienzan los viñedos. 
Cafayate y su serenata que en febrero vibra de folclore, Cafayate y sus bodegas que invitan a degustaciones del famoso Torrontés y de Malbec, Cabernet Sauvignon, Syrah y Tannat, entre otras cepas. Las bodegas se despliegan en la geografía cafayateña, Piatelli, Esteco, Viñas en Flor, Finca Las Nubes u otras que ofrecen cata y, en algunos casos, alojamiento. 
En tierras de vino, es necesario conocer el Museo de la Vid y del Vino que a través de una muestra interactiva presenta la historia, las características de los viñedos y del vino, y el proceso de su elaboración; historia en la que el pueblo y sus habitantes están entrelazados. 
Frente a la plaza principal, la Iglesia Nuestra Señora la Virgen del Rosario, construida a fines del siglo XIX, es una de las pocas iglesias sudamericanas que conserva sus cinco naves originales; alrededor de la plaza ferias artesanales ofrecen vasijas y vajilla de cerámica, cestos realizados con productos de la zona y tejidos en telar. 

Animaná
Este histórico pueblo produce vino de una interesante variedad de cepas: Torrontés, Malbec, Cabernet Sauvignon, Barbera de Asti y Tannat, conserva modos tradicionales de producción en antiguos viñedos y bodegas familiares, el vino patero es uno de los que se producen con técnicas ancestrales. Una visita imperdible es en febrero para disfrutar de la Fiesta Provincial de la Vendimia, momento para degustar vinos y saborear la gastronomía regional, en el marco de la deslumbrante belleza natural de la zona.  

San Carlos
Sobre RN 40 a 24 km. de Cafayate y a 1600 msnm aproximadamente se levanta San Carlos, elegido Lugar Mágico conserva sus tradiciones y la excelencia en sus artesanos y producción de vinos regionales a lo que se suma la presencia de bodegas como Almacén de la Quebrada. San Carlos en un momento de la historia salteña disputó ser la capital provincial. El interior de la iglesia local conserva antiguas imágenes; es interesante recorrer el pueblo y conocer la riqueza cultural en el marco de la belleza natural.

Angastaco 
Recibe a sus visitantes para saborear sus vinos, atravesando la Quebrada de las Flechas, inmensas paredes rocosas que responden a extrañas formaciones geológicas que perduran bajo un cielo azul. Se deben recorrer 70 kilómetros desde Cafayate por la RN 40 para transitar por la belleza natural de este Monumento Natural a 1990 metros sobre el nivel del mar. 
En la bodega El Cese y la bodega Quebrada de las Flechas esperan un torrontés emblema de la región o las variedades malbec y cabernet.


Autor: Ministerio de Turismo y Deportes de la Provincia de Salta