El arte tiene una vasta historia en su búsqueda por contribuir a la sostenibilidad, tanto desde la conceptualización como en la materialización de obras.

Paula Bocale, arquitecta y artista de la ciudad de Rosario, desarrolla sus obras a partir de la reutilización -principalmente- de revistas no coleccionables. Toma fragmentos creando nuevas paletas de colores y los transforma en obras que desafían la percepción de los espectadores.

Curiosa de niña, emprendedora y eterna aprendiz, se define inquieta de mente y muy entusiasta. En los últimos años ha desarrollado la práctica artística a través de una técnica mixta entre collage y decoupage. Impulsada por un interés creciente por la sostenibilidad, esta técnica se fue alineando a un modo de repensar la vida en general.

¿Cómo comenzaste esta práctica artística?

Comenzó en mi infancia como cartapesta y pasatiempo, retomé años después como técnica de restauración, y hoy es una exploración que profundizo y cuyos límites aún no he abordado. Tomar un elemento y descomponerlo, para luego reordenarlo parte por parte creando algo completamente nuevo, es lo que más me atrae de mi arte.

El diseño y la creatividad se entrecruzaron con el interés en el tratamiento de residuos y las posibilidades de reutilización de elementos cotidianos. En el contacto de estos intereses encontré la fuerza transformadora que el arte y la sostenibilidad brindan. Una fuerza que no sólo deviene en un resultado real y tangible, sino también, en un cambio de percepción y conciencia.

¿Cómo es el proceso de elaboración de tus obras?

El proceso de cada cuadro se divide en etapas. La primera es el diseño propiamente dicho, generalmente abordado digitalmente. Luego la preparación del soporte, que se cubre con fragmentos de revistas que descarto para las paletas pero que encuentran sitio en otras partes del cuadro. Sigo con el recorte de los materiales y la clasificación en paletas que varía de obra en obra, por los tonos, las formas y las dimensiones en las que van a recrear el diseño. Y finalmente el pegado, que es un proceso lento pero muy hermoso, casi como una meditación activa. Me genera ansiedad llegar al resultado, y al mismo tiempo, me sorprende ir viendo cómo cada papel le va dando vida a la obra.

¿Qué sensación genera cada trabajo que realizas?

Cada pieza supone un nuevo desafío, en el cual intento transmitir diferentes sensaciones y expresiones. Me gusta detenerme en los detalles, ver la pieza desde distancias variables y verificar si logra transmitir las emociones que busco, si capta expresiones, cuando hay miradas, por ejemplo, que lo dicen todo. Sólo cuando logro eso, doy por terminado el cuadro. No se trata de obras que intentan ser hiperrealistas, sino lograr generar algo en quien las descubre.

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