El primer Mini fue presentado en 1959 en el marco de una escasez generalizada de combustible. Su tamaño reducido, la facilidad de conducción y sus prestaciones de calidad lo convirtieron pronto en un automóvil muy popular. En los años siguientes, los modelos deportivos realizados en asociación con Cooper Car Company también causaron sensación. Ante la importancia de ese legado, en 2000 BMW relanzó la marca y creó una serie inspirada en aquellos vehículos que varias décadas antes, se habían metido en el corazón de millones de personas.
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